
Hoy tengo que confesarte algo. Algo que normalmente la gente no reconoce. Algo que te marca de por vida. Algo que da un pelín de vergüenza reconocer.
¿Preparad@? Allá voy.
Será rápido, como cuando arrancas una tirita: SOY UNA HORTERA. 👒👡
Ala. Ahora ya lo sabes.
Sí, sí, es muy heavy. Es algo que se sufre en silencio, como las almorranas. Ir por la vida siendo un/a hortera es durillo, porque las gafas con las que ves el mundo están un poquiiiiillo empañadas. Pero aún es peor cuando eres emprendedor y haces marketing para darte a conocer (ya sabes que se recomienda dedicar un 20% del tiempo a ello) (Compártelo en Facebook o Twitter) y comunicar no solo a nivel textual, sino también visualmente, puesto que hoy en día la imagen, más que nunca, atrapa mucho.
Y es que el marketing de hoy en día es más emocional y seductor que nunca. El mercado está petado y el valor diferencial pasa, cada vez más, por la experiencia de usuario. El 85% de las decisiones de compra se toman por motivos emocionales, más allá de la lógica, dejándonos llevar por el cerebro reptiliano (instintivo) (Compártelo en Facebook o Twitter) y dejando en segundo plano los cerebros límbico (siente) y neocórtex (piensa).
Entonces… ¿Cómo dar buena imagen como emprendedor, seas más o menos hortera?
1. Ten una estrategia de imagen global que homogeneice. Que la creatividad no te lleve a utilizar tropecientas tipografías y colores distintos. Asegúrate de tener una imagen unificada en todos tus canales (como una orquestra bien afinada) y que no pase, por ejemplo, que cada foto que colgamos en nuestro blog tenga un estilo y colores diferentes.
2. Sé minimalista: comunica sólo lo justo y necesario. Hay personas que cuando se visten se recargan más que un árbol de Navidad, y lo que les funciona para contrarrestar esto es planificar un total look y vestir, por ejemplo, todo de negro para no liarla, solo destacando con los complementos. Este mismo ejemplo es aplicable a nuestro marketing e imagen. ¿Cómo?Enfoca y escoge pocos mensajes para no saturar y para que tu público vea claramente qué te hace especial. Mensajes jerarquizados y ordenados en función del tipo de usuario y del tipo de relación que tenéis en este momento (en qué fase del embudo de ventas se encuentra) (Compártelo en Twitter o Facebook). Así, por ejemplo, evitarás presentaciones dispersas sin un objetivo claro, webs con menús mal estructurados y sin jerarquizar, titulares nada persuasivos…
3. Humaniza el mensaje. Piensa que los humanos somos egocéntricos por naturaleza, así que pon a tu cliente en el centro de tu mensaje. Algunos tips: háblale de sus emociones, de aquello que teme, hazle comparaciones, trabaja con los colores que le seducen y remueven, e incluye imágenes con personas en todo lo que hagas. ¿Por qué los catálogos de Ikea llevan fotos con personas utilizando los muebles y no aparecen los muebles solos? Pues precisamente por esto: para humanizar. Para que la gente empatice más. Para que se puedan imaginar a ellos mismos en las fotos. Interesante, ¿verdad?
4. Rodéate y déjate inspirar por gente estilosa. ¡Oh yeah, baby! Verás como la mirada hortera poco a poca se va domesticando y tus mensajes, imagen… ganarán coherencia y respirarán, sin esa saturación a la que tendemos los horteras. Una de las personas que me ha inspirado en los últimos años es Raquel Cánovas, una crack del discurso visual y la creatividad, por eso la he invitado a darnos un webinar de diseño gráfico y creatividad. ¿Te vienes?
Espero que estas 4 ideas te sean de utilidad. Y no olvides dejarme en los comentarios en qué “nivel de horterismo” estás tu .
Un abrazo enorme,
Txell
P.D.: Recuerda: Te espero en el webinar de diseño gráfico y creatividad para crear una marca nada hortera y súper inspiradora.
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